miércoles, 22 de septiembre de 2010


Y yo me muero de ganas de decirte que me muero de ganas de decirte que te quiero. Y que no quiero que venga el destino a vengarse de mí, y que prefiero la guerra contigo al invierno sin ti. Cada mañana salto de la cama pisando arenas movedizas, cuesta vivir cuando lo que se ama se llena de ceniza. Y por las calles vaga solo el corazón sin un mal beso que llevarse a la boca y sopla el viento frío de la humillación envileciendo cada cuerpo que toca.

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